Gran parte de los visitantes llegan a Zugarramurdi atraídos
por las historias y leyendas que han ido surgiendo en torno al proceso
inquisitorial de 1610. El origen de este dantesco episodio de la historia de
Zugarramurdi hay que situarlo en el relato de una joven de la localidad acerca de
sus sueños en los que aseguraba haber volado y haber visto a varias personas
del pueblo participando en Akelarres.
Inicialmente el episodio se habría resuelto con la
intervención del párroco, quien habría requerido a los culpables que
descargasen sus conciencias, pero posteriormente intervino la Santa Inquisición,
seguramente avisada por el abad del Monasterio de Urdax. Como resultado de la
intervención de los inquisidores fueron encausadas 53 personas que fueron
llevadas a Logroño, de ellas 6 murieron en el camino o en las cárceles.
El 6 de marzo de 1610 se celebró el Auto de Fe y como resultado del
mismo 21 arrestados fueron acusados de delitos menores, 21 perdonados y 11
condenados a la hoguera (6 en persona y 5 en efigie junto a sus restos
mortales), habiendo sido quemados el domingo 7 de marzo de 1610.
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