Ochagavía
es la postal del Pirineo navarro con sus calles
empedradas, sus cuidadas viviendas de tejados empinados y su río con un viejo
puente medieval.
La iglesia
de piedra, de la que sobresale una robusta y elegante torre, ofrece una
interesante perspectiva que rompe la horizontalidad de una instantánea.
El pueblo
de Ochagavía está situado a 764
metros de altitud en el extremo más septentrional del
valle pirenaico de Salazar, al noreste de Navarra. Rodeado de altas cumbres y
extensos boques de hayas y pinos silvestres, es una de las localidades más
pintorescas del Pirineo navarro por la arquitectura de su caserío y por su
ubicación en la confluencia de los ríos Zatoia y Anduña, que a partir de este
punto se denomina Salazar., pero la reconstrucción posterior en el siglo XIX
trajo definitivamente calma a la villa.
El encanto
de Ochagavía se debe en gran medida a la estampa que ofrece el pueblo con su
puente medieval, sus estrechas calles empedradas y el cuidado caserío alineado
en torno al río Anduña.
Las casas
son de piedra, con tejados empinados a dos o cuatro aguas y trabajados dinteles
y balcones.
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