La iglesia
de Santiago es un bello ejemplo de transición del románico al gótico;
al primer estilo corresponden los tres ábsides de la cabecera y la portada
principal, mientras que en el siglo XIII se estructuraron las tres naves,
cubiertas con bóveda de crucería simple.
La
construcción de la iglesia continuó en años
posteriores, ya que en el siglo XIV se levantó la torre cuadrada que emerge del
edificio con gran solidez y que está coronada por almenas. La
sencillez es
el rasgo que define la portada principal en cuyo tímpano (XVII) está
representado el apóstol Santiago descansando sobre una
concha que simboliza la
Ruta Jacobea. Le flanquean las pinturas de dos
peregrinos arrodillados rezando al santo, que visten la indumentaria típica de
los caminantes a Compostela: sotana marrón, concha colgada al cuello, gorro
negro y, en la mano, el bastón.
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