La Iglesia de Santa María de Olite es una de
las construcciones góticas más importantes de Navarra. Su
belleza artística es tan interesante como su historia. Adosada al Palacio Real,
residencia predilecta del rey Carlos III el Noble, fue
utilizada por los monarcas navarros para las grandes festividades y actos
solemnes.
Su
recargada fachada, en la que se percibe la influencia de los talleres
de Nôtre Dame de París, le hará detenerse y prestar atención a
los relatos de la portada. Dentro del templo, de nave única, le esperan un retablo
renacentista presidido por una talla gótica de la Virgen y la imagen, también
gótica, del Cristo de la
Buena Muerte.
La iglesia
de Santa María se encuentra en la localidad medieval de Olite, cabeza de
merindad del mismo nombre, en la
Zona Media de Navarra, y es un edificio gótico cuya
construcción se prolongó durante el siglo XII y comienzos del XIV.
La fachada constituye uno de los
conjuntos más significativos de la escultura gótica de Navarra. A pesar de la profusión
decorativa, mantiene un gran equilibrio y finura. Se aprecia en ella el trabajo
de varios maestros y la influencia de los talleres parisinos. En Navarra, el
Santo Sepulcro de Estella-Lizarra y San Saturnino de Artajona repiten modelos
parecidos.
Bajo un
gran rosetón, la gran portada está formada por ocho arquivoltas
que exhiben una exuberante decoración vegetal. Entre la hojarasca podrá
descubrir dos figuras orantes bajo doseletes; posiblemente se trate de Juana I
de Navarra y su marido el rey de Francia Felipe el Hermoso, quienes reinaban en
Navarra en la época en la que se construyó la portada.
En el
tímpano reconocerá a una risueña Virgen sedente con el Niño y diversas escenas
de la vida de Jesús: la
Anunciación, el Nacimiento de Cristo, la Degollación de los
Inocentes, la Huída
a Egipto, la Presentación
en el Templo y el Bautismo de Cristo. En el dintel podrá recrearse con una
pieza donde lo real y lo simbólico se confunden: un hombre encaramado sobre una
encina comparte escenario con un ser híbrido tocando la cornamusa o un
cuadrúpedo grotesco, entre otros personajes. La riqueza iconográfica continúa a ambos lados de la puerta,
donde encontrará relieves de la vida de los apóstoles enmarcados por arquerías.
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