Leyre es el
nombre de un macizo montañoso: la
Sierra de Leyre, y así mismo es el nombre de un monasterio –
San Salvador de Leyre-, cargado de historia y arte, panteón de los primeros
Reyes de Navarra y hogar, siglo tras siglo, de una comunidad de monjes.
El
monasterio es de origen prerrománico, levantado sobre un antiguo templo
visigodo del siglo IX, como se evidencia en la primitiva y espectacular cripta
del siglo IX que visitamos desde la base de los bellos ábsides y de la esbelta
torre románica. La iglesia románica –de tres naves en su primer tramo y una
sola nave con cubierta gótica en su segundo tramo- es muy sobria, con escasa
ornamentación, exceptuando el Crucificado del siglo XIV. Levantada en honor al
Salvador, de nombre al monasterio: San Salvador de Leire. En el mismo lado hay
un vano cerrado por una reja gótica que aloja una arqueta con los restos de los
monarcas navarros más antiguos. Y enfrente, la capilla del Santísimo alberga un
retablo del siglo XVII dedicado a las santas Nunilo y Alodia, de vieja devoción
en el cenobio. La puerta principal –Porta Speciosa o preciosa- es del siglo XII
y destaca por su bellísima decoración escultórica.
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