El puente
románico de Puente la Reina es
uno de los ejemplos de arquitectura civil más interesantes del Camino
de Santiago en Navarra. En él confluyen la ruta jacobea que
entra por Orreaga/Roncesvalles y la tolosana de Somport.
Es punto de
encuentro de peregrinos que han tejido a lo largo de los siglos miles de
historias y leyendas. Las aguas del río Arga, que discurre bajo
la imponente arcada del centenario puente, susurran los más sorprendentes
relatos a los viajeros que se dejan cautivar por su murmullo.
El puente
románico de Puente la
Reina
da nombre a esta localidad.
Este puente sobre el río Arga fue levantado en
el siglo XI, al parecer, por iniciativa de una reina, que
pudo ser doña Mayor de Castilla, esposa de Sancho el Mayor, o doña Estefanía,
mujer de García Nájera. El objeto de su construcción: facilitar el paso a los
peregrinos del Camino de Santiago a su salida de la
villa, tras atravesar la
Rúa Mayor.
Constituye uno de
los ejemplos de románico civil más señoriales de la ruta jacobea.
Destaca principalmente por su elegancia y sobriedad. Cuenta con 7 arcos de
medio punto, el más oriental bajo tierra, y 110 metros de largo.
Entre los arcos se abren unos arquillos, a modo de respiraderos, que aligeran
la estructura y permiten que el agua discurra cuando el río va creciendo. Tuvo
3 torres defensivas, dos en sus extremos y otra central.
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