Situación:
El castillo de Monte Real se encuentra en la provincia de Pontevedra, comarca
de Vigo, junto al puerto del municipio de Baiona, a 45 kilómetros de
Pontevedra. La situación de este castillo, uno de los más importantes de
Galicia, es bastante privilegiada pues se encuentra en un altozano ubicado en
un bello paisaje de fácil localización, pues en su parte meridional se
encuentra la famosa ría de Vigo, y en el otro lado el valle del Miño, que une
esta zona con la de Tuy. Su visión exterior es la de una impresionante
edificación que se eleva entre los verdes paisajes gallegos.
Historia:
Las primeras noticias se extienden al año 60, cuando Julio César conquistó la
zona. Los visigodos, con Leovigildo, y los musulmanes también dejaron su
huella. Fue reconquistada por Alfonso I, desmantelada con Almanzor y
reconstruida por Alfonso V. Debe su nombre a los Reyes Católicos (anteriormente
se llamaba Erizana), que mandaron amurallar el Monte do Boi para que, entre sus
muros, se encerrase la población de Baiona ante posibles invasiones.
Su rica historia es una de sus características básicas, ya que entre sus muros se han desarrollado etapas históricas de gran relevancia para el país. Entre la multitud de anécdotas curiosas que caracterizan a este edificio podemos destacar los ataques de los piratas, encabezados por Draque, o la llegada a la costa, en 1493, de una de las tres carabelas de Colón, La Pinta. Así mismo, la torre del Príncipe sirvió de prisión para diversos personajes históricos, entre ellos, según cuenta la leyenda, un príncipe austriaco.
Su rica historia es una de sus características básicas, ya que entre sus muros se han desarrollado etapas históricas de gran relevancia para el país. Entre la multitud de anécdotas curiosas que caracterizan a este edificio podemos destacar los ataques de los piratas, encabezados por Draque, o la llegada a la costa, en 1493, de una de las tres carabelas de Colón, La Pinta. Así mismo, la torre del Príncipe sirvió de prisión para diversos personajes históricos, entre ellos, según cuenta la leyenda, un príncipe austriaco.
Descripción:
En su estructura quedan patentes dos épocas, la medieval y la que abarca del
renacimiento hasta el siglo XVIII. El castillo está rodeado por muros de gran
grosor, enorme altura y escasos vanos. Entre las defensas con las que cuenta
cabe señalar la entrada por la Puerta del Sol, donde se sitúa una rampa que
tenía un puente levadizo. Destacan tres torres, la torre del Príncipe que es de
planta cuadrada y en la que se eleva un torreón circular en uno de sus
vértices, la torre de la Terraza que es de planta heptagonal y la torre del
Reloj, de forma cuadrada y con multitud de almenas rematando su estructura.
Materiales:
En sí, toda la construcción es una impresionante obra hecha en piedra como la
mayoría de las construcciones dedicadas a esta actividad de tipo defensivo.
Está realizada en sillares, alineados unos encima de los otros en una laboriosa
actividad que conjuga el arte con la funcionalidad. Todo ello le dota al
conjunto de una gran belleza.
Estado
de conservación: Su estado actual es bastante bueno. Se levanta desafiante en
medio de la bahía y se aprecian perfectamente sus torres, sus muros y su
muralla. Fue varias veces asediado y destruido, pero rápidamente reconstruido.
Desde 1963, funciona como edificio estatal.
Actualmente alberga el Parador Nacional de Turismo Conde de Gondomar. El origen del nombre que se le ha dado al parador es de un noble gallego, Don Diego Sarmiento Acuña, conde de Gondomar. Este personaje fue guerrero, embajador y diplómatico. Su figura nos recuerda al hombre renacentista que complementaba diversas actividades al mismo tiempo.
Actualmente alberga el Parador Nacional de Turismo Conde de Gondomar. El origen del nombre que se le ha dado al parador es de un noble gallego, Don Diego Sarmiento Acuña, conde de Gondomar. Este personaje fue guerrero, embajador y diplómatico. Su figura nos recuerda al hombre renacentista que complementaba diversas actividades al mismo tiempo.
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