La
Calzada Romana del Puerto del Pico tiene un enorme valor histórico pues ha
servido para poner en comunicación a través de la Sierra a lo largo del tiempo
a las tierras llanas de la Meseta Norte con las tierras del Valle del Tiétar y
a través de éste con las tierras de Toledo y Extremadura.
Utilizada posiblemente desde tiempos prehistóricos, fue calzada romana que servía para conectar la fortaleza de Abula con el eje vial Emerita Augusta-Complutum- Caesaragusta a la altura de Caesarobriga, comunicando las dos mesetas.
Fue después ruta estratégica de la trashumancia, tramo importante de la Cañada Occidental Leonesa, por donde han subido y bajado desde la Edad Media y aún suben y bajan los ganados que marchaban desde los Extremos a la Sierra a comienzos de verano y desde la Sierra hasta los extremos a comienzos del invierno.
La cañada se iniciaba en Valverde de Mérida (Badajoz) y terminaba en Portilla de la Reina (León). En el tramo que transcurre por el Valle del Tiétar había un puerto seco donde se recaudaba el portazgo y montazgo perteneciente a la Corona, el puerto de Ramacastañas, que a finales del siglo XV se trasladó durante algún tiempo, por concesión de Enrique IV a don Beltrán de la Cueva, al lugar de Arroyo Castaño, actualmente despoblado.
Desde el siglo XV fue también ruta de la carretería, utilizada por las carretas de la Real Carretería del sexmo de la Sierra de la villa de Piedrahíta.
Bajaban por el puerto cargadas de madera y llegaban hasta las salinas de Sevilla a recoger sal que distribuían después por las tierras de La Mancha y Extremadura.
En primavera regresaban los carreteros a los pueblos de la Sierra para realizar las faenas del campo. En realidad, han sido los pueblos del sexmo de la Sierra y los pueblos de El Barranco de las Cinco Villas los responsables de mantener la calzada a lo largo de toda la Edad Moderna..
Ha sido siempre un camino utilizado tradicionalmente por arrieros y comerciantes de Andalucía, La Vera, Talavera y Extremadura.
Al valor histórico del camino se añade el valor del trazado y de la conservación de la calzada propiamente dicha en el tramo en que salva los desniveles del puerto del Pico: Su trazado está formado por tramos rectos, de fuerte pendiente, unidos por curvas muy cerradas que hacen ganar altura en poco trecho.
Su firme estaba formado por cuatro capas superpuestas: cimiento, piedras grandes, grava y empedrado. La superficie es ligeramente abombada para evitar encharcamientos y el desagüe se dirigía por canalillos dispuestos a tal fin de trecho en trecho. Para canalizar los arroyos son frecuentes las alcantarillas.
A su valor intrínseco se suma el valor histórico y cultural de muchos de los lugares que se encuentran a lo largo de su recorrido en el Valle o muy próximos a él.
Utilizada posiblemente desde tiempos prehistóricos, fue calzada romana que servía para conectar la fortaleza de Abula con el eje vial Emerita Augusta-Complutum- Caesaragusta a la altura de Caesarobriga, comunicando las dos mesetas.
Fue después ruta estratégica de la trashumancia, tramo importante de la Cañada Occidental Leonesa, por donde han subido y bajado desde la Edad Media y aún suben y bajan los ganados que marchaban desde los Extremos a la Sierra a comienzos de verano y desde la Sierra hasta los extremos a comienzos del invierno.
La cañada se iniciaba en Valverde de Mérida (Badajoz) y terminaba en Portilla de la Reina (León). En el tramo que transcurre por el Valle del Tiétar había un puerto seco donde se recaudaba el portazgo y montazgo perteneciente a la Corona, el puerto de Ramacastañas, que a finales del siglo XV se trasladó durante algún tiempo, por concesión de Enrique IV a don Beltrán de la Cueva, al lugar de Arroyo Castaño, actualmente despoblado.
Desde el siglo XV fue también ruta de la carretería, utilizada por las carretas de la Real Carretería del sexmo de la Sierra de la villa de Piedrahíta.
Bajaban por el puerto cargadas de madera y llegaban hasta las salinas de Sevilla a recoger sal que distribuían después por las tierras de La Mancha y Extremadura.
En primavera regresaban los carreteros a los pueblos de la Sierra para realizar las faenas del campo. En realidad, han sido los pueblos del sexmo de la Sierra y los pueblos de El Barranco de las Cinco Villas los responsables de mantener la calzada a lo largo de toda la Edad Moderna..
Ha sido siempre un camino utilizado tradicionalmente por arrieros y comerciantes de Andalucía, La Vera, Talavera y Extremadura.
Al valor histórico del camino se añade el valor del trazado y de la conservación de la calzada propiamente dicha en el tramo en que salva los desniveles del puerto del Pico: Su trazado está formado por tramos rectos, de fuerte pendiente, unidos por curvas muy cerradas que hacen ganar altura en poco trecho.
Su firme estaba formado por cuatro capas superpuestas: cimiento, piedras grandes, grava y empedrado. La superficie es ligeramente abombada para evitar encharcamientos y el desagüe se dirigía por canalillos dispuestos a tal fin de trecho en trecho. Para canalizar los arroyos son frecuentes las alcantarillas.
A su valor intrínseco se suma el valor histórico y cultural de muchos de los lugares que se encuentran a lo largo de su recorrido en el Valle o muy próximos a él.
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