Construido
en el S.XIII, en el mismo material granítico que la muralla, se irán añadiendo
elementos hasta el S.XVI. La fachada occidental, con ventanas geminadas en la
planta superior, data del S.XIII, con una portada gótica ojival; una segunda
puerta en esta fachada, es adintelada, y data del S.XIV.
Los matacanes y merlones de la fachada septentrional denotan el carácter defensivo del palacio. Al margen de las ventanas geminadas góticas, destacan las dos puertas en arco de medio punto de gran dovelaje; sobre la más occidental se desarrollan unos relieves con dos salvajes encadenados flanqueados por dos caballeros con trompetas.
Completa el conjunto una ventana renacentista de 1541, mandada construir por Pedro Dávila y enmarcada por columnillas y remate en frontón con el escudo de armas de los Dávila. Por aquel entonces las puertas de la muralla se cerraban de noche. Para evitar la prohibición, se abrió una puerta en la muralla sin autorización. Ordenado su cierre, Pedro Dávila, en despecho por la orden, mandará abrir esta ventana, en la que puede leerse "Donde una puerta se cierra, otra se abre".
Al mediodía destaca, del S.XVI, la galería-mirador abierta en la muralla sobre la puerta del Rastro.
En el patio, donde se ubican dos esculturas zoomorfas vettonas, se advierte la importancia de la tradición mudéjar en nuestra arquitectura, evidente también en otras zonas interiores del palacio.
Los matacanes y merlones de la fachada septentrional denotan el carácter defensivo del palacio. Al margen de las ventanas geminadas góticas, destacan las dos puertas en arco de medio punto de gran dovelaje; sobre la más occidental se desarrollan unos relieves con dos salvajes encadenados flanqueados por dos caballeros con trompetas.
Completa el conjunto una ventana renacentista de 1541, mandada construir por Pedro Dávila y enmarcada por columnillas y remate en frontón con el escudo de armas de los Dávila. Por aquel entonces las puertas de la muralla se cerraban de noche. Para evitar la prohibición, se abrió una puerta en la muralla sin autorización. Ordenado su cierre, Pedro Dávila, en despecho por la orden, mandará abrir esta ventana, en la que puede leerse "Donde una puerta se cierra, otra se abre".
Al mediodía destaca, del S.XVI, la galería-mirador abierta en la muralla sobre la puerta del Rastro.
En el patio, donde se ubican dos esculturas zoomorfas vettonas, se advierte la importancia de la tradición mudéjar en nuestra arquitectura, evidente también en otras zonas interiores del palacio.
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