Es el gran modelo del románico en
Ávila y sus cuidadas proporciones le convierten en un ejemplo único del
románico hispano; receptor de las influencias foráneas y de la fábrica de la
catedral, es al mismo tiempo difusor del estilo en la ciudad.
Su
planta es de cruz latina con tres naves de seis tramos y un brazo de crucero,
presentando la singularidad de contar con un triforio gótico sobre las naves
laterales. La esbelta cabecera triabsidiada se levanta sobre una cripta
funeraria de carácter litúrgico.
Su construcción se inicia hacia 1120, ejecutándose la caja general, hasta
alcanzar la puerta Oeste; hacia mediados de la centuria (1150-1170), se alzaron
las torres y el nártex de entrada, cerrándose las naves laterales con bóvedas
de cuarto de cañón deprimido y bóvedas nervadas para la central, que ya
anuncian el gótico. A mediados del S.XIII se cubre el cimborrio con bóveda
ochavada.
Los capiteles historiados de la capilla mayor, el cenotafio de los santos (obra de Fruchel de mediados del S.XII), en el que se relata la detención, condena y martirio de los santos Vicente, Cristeta y Sabina, la portada occidental y la cornisa meridional, constituyen lo mejor de la escultura románica del templo y de la ciudad.
La galería porticada, adosada al mediodía, se construye en el S.XV.
En la cripta se encuentra la imagen de la virgen de la Soterraña (S.XV), venerada por Santa Teresa de Jesús.
Declarada Monumento Nacional en 1923.
Los capiteles historiados de la capilla mayor, el cenotafio de los santos (obra de Fruchel de mediados del S.XII), en el que se relata la detención, condena y martirio de los santos Vicente, Cristeta y Sabina, la portada occidental y la cornisa meridional, constituyen lo mejor de la escultura románica del templo y de la ciudad.
La galería porticada, adosada al mediodía, se construye en el S.XV.
En la cripta se encuentra la imagen de la virgen de la Soterraña (S.XV), venerada por Santa Teresa de Jesús.
Declarada Monumento Nacional en 1923.
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