Es un conjunto de gran
complejidad, fruto de ocho siglos de existencia. Posee una de las Torre
Campanario mudéjar de la ciudad
(1257-58), cuya parte baja es atravesada por una calle. Otra de las obras
cumbres del arte mudéjar inserto en la
Catedral es su techumbre, realizada en torno al 1300. Es de madera, con
armadura de par y nudillo, profusamente decorada
con elementos vegetales estilizados, geométricos y epigráficos de tradición
islámica y decoración figurada gótica
lineal. Otros elementos destacados de la Catedral son su Cimborrio (Martín de
Montalbán), la Portada Sur (Pablo Monguió), el Retrablo Mayor
(Gabriel Yolí).
La torre de la Catedral
turolense se levanta adosada
a los pies del templo por su lado este.
La torre mudéjar está dividida al exterior en tres cuerpos
que se separan por medio de dos sencillas
cornisas. El cuerpo superior, cuarto, corresponde a un recrecimiento del siglo XVII.
Su construcción se inició
durante la judicatura de don
Juan de Montón que duró desde el martes de Pascua
de 1257 hasta el mismo día de 1258.
Presenta estructura hueca de
torre cristiana dividida en salas superpuestas. Algo que es interesante es la
parte de los arcos que decoran la parte
baja exterior del segundo cuerpo que quedaron ocultos y que son visibles
en el actual acceso
cuando se entra en la sala situada encima del primer cuerpo. A
continuación, hay una segunda sala iluminada por las ventanas del cuerpo
central con el suelo
a ras de las mismas
que abren por el interior
dentro de retalles del muro.
La sala superior se corresponde
con el cuerpo de campanas. Su planta está configurada por los cuatro pilares de esquina y los cuatro del centro de cada
lado, perfectamente apreciables desde el exterior. Entre ellos quedan paños de pared en los que abren
los vanos, dobles
en la parte baja y
cuádruples en la alta. En la parte alta los machones se unen entre sí por medio de arcos
que unifican el espesor del muro.
De vuelta al exterior, el
primer cuerpo o inferior está formado por el paso de calle y un friso de
esquinillas y fustes cerámicos. En la fachada
norte, entre ambos elementos se dispuso
una franja a base de rehundidos que quedan ocultos,
al igual que el
friso de esquinillas por el arco que comunica la Casa del Deán
con la Catedral. La cornisa
que separa este cuerpo del superior, de clara influencia románica, está compuesta
por un doble filete
superior y un baquetón.
El paso de calle se cubre con
bóveda de cañón apuntado con tres arcos perpiaños de refuerzo, dos en las
embocaduras y otro más estrecho en
el centro. Estos arcos arrancan de un zócalo de cantería que se remata en la
parte superior en una cornisa a modo
de imposta de moldura clásica, lo que denota ser obra posterior. Es posible que
en origen los arcos apeasen en
pilastras de escaso saliente. El zócalo pétreo se aplicó en todos los muros
hasta la imposta citada. En el lado
este del interior del paso se aprecia un fuerte abombamiento hacia el exterior,
producto posiblemente de la concentración de carga en esta zona.
En los dos frentes visibles está exenta
de decoración hasta
la parte superior del paso de calle.
Aquí difieren los dos lados visibles ya que, mientras en el sur
que mira a la plaza queda un espacio liso encima de la clave del arco y a continuación se coloca el friso de
esquinillas, en la norte este espacio intermedio lo ocupa un motivo a base de rehundidos.
En cuanto al friso superior está formado por
diecisiete esquinillas entre las que
se insertan dieciocho fustes cerámicos de color verde formado por dos piezas
unidas en el centro en el lado sur, y por catorce esquinillas y otros tantos
fustes cerámicos verdes de una pieza en el lado de los rehundidos.
"AL HACER UNA FOTOGRAFÍA TENEMOS TANTAS POSIBILIDADES, PUNTOS DE VISTA Y SITUACIONES QUE EL MERO HECHO DE ESCOGER YA ES UNA CREACIÓN" francesc català-roca
5 de octubre de 2023
catedral de santa maría de mediavilla y torre, teruel
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