Información: Este castillo-convento, en el que se asentó la Orden de
Calatrava, fue una especie
de alcázar torreado con planta
de forma trapezoidal, pero fue modificado en el siglo XVIII. Casi todos los
estilos han dejado su huella en él, desde
el románico al barroco.
Situación: El Castillo de Alcañiz se alza sobre una loma denominada Pui Pinos, a orillas del río Guadalope, desde donde domina la localidad de Alcañiz y un extenso territorio, en la comarca del Bajo Aragón, provincia de Teruel.
Historia: El topónimo Alcañiz es de origen árabe y parece derivar de Alcanit (que significa caños o cañizos), nombre de la población que hubo en la zona en tiempos de la dominación musulmana de la península. En el primer cuarto del siglo XII el rey Alfonso I de Aragón, el Batallador, conquista Alcanit a los moros. Pocos años después, como consecuencia del desastre de 1134 en la Fraga musulmana, donde el rey Batallador fue vencido y prácticamente masacrado por los almorávides (el rey salvaría la vida de milagro), los musulmanes recuperarían algunas posiciones cristianas en poder del Reino de Aragón, posiblemente entre ellas Alcanit. La definitiva ocupación cristiana de Alcanit se logró en 1157 con el Príncipe de Aragón, y Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. El castillo de Alcañiz empezó a construirse tras la reconquista cristiana de la zona, en el siglo XII, quizás sobre los restos de una alcazaba de origen musulmán. En 1179, Alfonso II, primer rey de la Corona de Aragón, cede castillo, villa, y un conjunto de aldeas y lugares vinculados a Alcañiz a la Orden de Calatrava, como recompensa a los servicios prestados por los caballeros calatravos a la Corona en las guerras de reconquista, y para asegurar las nuevas tierras reconquistadas a los musulmanes. Los calatravos, una vez en poder del castillo, realizan diversas ampliaciones en la fortaleza. Muy pronto el castillo de Alcañiz se convirtió en sede de la encomienda mayor de la Orden de Calatrava en Aragón. La fortaleza sería lugar de residencia de comendadores, administradores, alcaides o priores de la Orden. A lo largo de la historia ha tenido diferentes usos, como cuartel, palacio, cárcel e incluso cementerio. Se sabe que el castillo de Alcañiz fue uno de los numerosos en los que se alojó el rey de Aragón Jaime I el Conquistador, en el siglo XIII, en su camino hacia la reconquista de la Valencia musulmana. En el siglo XV, después de la muerte del rey aragonés Martín I El Humano sin dejar heredero, Alcañiz acoge al Parlamento aragonés, que debía decidir quién sería el nuevo rey de la Corona de Aragón, en lo que se llamó La Concordia de Alcañiz. Los parlamentarios residirían en el castillo calatravo entre los años 1411 y 1412. Durante la guerra de la Independencia (1808-1814) los franceses se apoderaron de la fortaleza, siendo recuperada por los españoles en 1809. El castillo es convertido en cuartel por el general carlista Ramón Cabrera, durante las guerras carlistas del siglo XIX. Tras un tiempo de abandono, a partir de los años sesenta del siglo XX, el castillo es parcialmente reformado para convertirse en Parador Nacional.
Descripción: El castillo de Alcañiz fue una especie de alcázar torreado con planta de forma trapezoidal, pero fue modificado en el siglo XVIII. Casi todos los estilos han dejado su huella en él, desde el románico al barroco. Pasando el arco de entrada se encuentra una explanada ante el palacio barroco del siglo XVII. En el ala norte del alcázar se alinean la capilla y la Torre del homenaje, y en el ángulo noroeste la Torre de Lanuza. La capilla es la pieza principal de la etapa románica y fue la primera parroquia de Alcañiz. Al sur de la capilla y el claustro se adscriben al siglo XIII. La Torre del homenaje es gótica, del siglo XIV, consta de cuatro plantas, de las que la inferior sirve de atrio a la capilla y conserva unas bellísimas pinturas murales francogóticas.
Estado de conservación: Ha sido restaurado y convertido en Parador Nacional.
Situación: El Castillo de Alcañiz se alza sobre una loma denominada Pui Pinos, a orillas del río Guadalope, desde donde domina la localidad de Alcañiz y un extenso territorio, en la comarca del Bajo Aragón, provincia de Teruel.
Historia: El topónimo Alcañiz es de origen árabe y parece derivar de Alcanit (que significa caños o cañizos), nombre de la población que hubo en la zona en tiempos de la dominación musulmana de la península. En el primer cuarto del siglo XII el rey Alfonso I de Aragón, el Batallador, conquista Alcanit a los moros. Pocos años después, como consecuencia del desastre de 1134 en la Fraga musulmana, donde el rey Batallador fue vencido y prácticamente masacrado por los almorávides (el rey salvaría la vida de milagro), los musulmanes recuperarían algunas posiciones cristianas en poder del Reino de Aragón, posiblemente entre ellas Alcanit. La definitiva ocupación cristiana de Alcanit se logró en 1157 con el Príncipe de Aragón, y Conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV. El castillo de Alcañiz empezó a construirse tras la reconquista cristiana de la zona, en el siglo XII, quizás sobre los restos de una alcazaba de origen musulmán. En 1179, Alfonso II, primer rey de la Corona de Aragón, cede castillo, villa, y un conjunto de aldeas y lugares vinculados a Alcañiz a la Orden de Calatrava, como recompensa a los servicios prestados por los caballeros calatravos a la Corona en las guerras de reconquista, y para asegurar las nuevas tierras reconquistadas a los musulmanes. Los calatravos, una vez en poder del castillo, realizan diversas ampliaciones en la fortaleza. Muy pronto el castillo de Alcañiz se convirtió en sede de la encomienda mayor de la Orden de Calatrava en Aragón. La fortaleza sería lugar de residencia de comendadores, administradores, alcaides o priores de la Orden. A lo largo de la historia ha tenido diferentes usos, como cuartel, palacio, cárcel e incluso cementerio. Se sabe que el castillo de Alcañiz fue uno de los numerosos en los que se alojó el rey de Aragón Jaime I el Conquistador, en el siglo XIII, en su camino hacia la reconquista de la Valencia musulmana. En el siglo XV, después de la muerte del rey aragonés Martín I El Humano sin dejar heredero, Alcañiz acoge al Parlamento aragonés, que debía decidir quién sería el nuevo rey de la Corona de Aragón, en lo que se llamó La Concordia de Alcañiz. Los parlamentarios residirían en el castillo calatravo entre los años 1411 y 1412. Durante la guerra de la Independencia (1808-1814) los franceses se apoderaron de la fortaleza, siendo recuperada por los españoles en 1809. El castillo es convertido en cuartel por el general carlista Ramón Cabrera, durante las guerras carlistas del siglo XIX. Tras un tiempo de abandono, a partir de los años sesenta del siglo XX, el castillo es parcialmente reformado para convertirse en Parador Nacional.
Descripción: El castillo de Alcañiz fue una especie de alcázar torreado con planta de forma trapezoidal, pero fue modificado en el siglo XVIII. Casi todos los estilos han dejado su huella en él, desde el románico al barroco. Pasando el arco de entrada se encuentra una explanada ante el palacio barroco del siglo XVII. En el ala norte del alcázar se alinean la capilla y la Torre del homenaje, y en el ángulo noroeste la Torre de Lanuza. La capilla es la pieza principal de la etapa románica y fue la primera parroquia de Alcañiz. Al sur de la capilla y el claustro se adscriben al siglo XIII. La Torre del homenaje es gótica, del siglo XIV, consta de cuatro plantas, de las que la inferior sirve de atrio a la capilla y conserva unas bellísimas pinturas murales francogóticas.
Estado de conservación: Ha sido restaurado y convertido en Parador Nacional.
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