La
torre es muy singular ya que es la única que está edificada en el exterior de
la muralla pero conecta con un palacio del interior de la muralla.
La
Torre de los Púlpitos mide unos 16 metros de altura y es la única añadida a la
muralla después de la reconquista de Cáceres por las tropas del rey Alfonso IX
de León.
Este
hecho hace que difiera del resto de las torres en diversos aspectos; al
contrario que las torres árabes, se levantó empleando sillares de piedra en vez
de mampostería o tapial, lo que le confiere una estética diferente.
Además,
es la única torre que está unida, por un arco-puente erigido en el siglo XVIII,
con un edificio del interior de la muralla, concretamente con el Palacio de
Mayoralgo, con el fin de que sus moradores pudieran ver los espectáculos
celebrados en la Plaza Mayor.
Recibe
su nombre de las defensas superiores que asemejan los púlpitos de una iglesia.
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