27 de octubre de 2021

real monasterio de santa maría de guadalupe







Se trata de un edificio religioso único, mezcla de estilos gótico, mudéjar, renacentista, barroco y neoclásico, cuya construcción se ha desarrollado a lo largo de los siglos XIII al XVIII.
El Monasterio de Guadalupe fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.
La Virgen de Guadalupe es la patrona de Extremadura y en 1928 recibió el título de Reina de las Españas o de la Hispanidad.
La imagen de la Virgen de Guadalupe está datada en el siglo XII.
La historia del Monasterio comienza a finales del siglo XIII, en plena Reconquista.
Cuenta la leyenda que a un pastor llamado Gil Cordero, o también conocido como Gil de Santa María, se le apareció la Virgen mientras estaba con sus reses en una zona despoblada junto al río Guadalupe (río Guadalupejo):
Un vaquerizo natural de Cáceres perdió una de sus vacas cuando pastoreaba su ganado cerca de Alía; la buscó por espacio de tres jornadas y, al fin, la encontró muerta. Intentó el hombre desollar la res, y para ello, le hizo en el pecho la señal de la cruz con el cuchillo. Fue entonces cuando se verificó el prodigio. La vaca se levantó por sí misma ante el espanto del buen extremeño. No fue eso todo, la voz celestial de la Señora reveló al pastor la existencia de la imagen enterrada en aquel mismo lugar, al tiempo que le encomendaba propagar el descubrimiento entre los clérigos. La Virgen expuso también la conveniencia de levantar en aquel paraje una pequeña capilla para dar culto a las reliquias que se descubrirían.
No terminaron ahí los milagros de la Virgen. Cuando el vaquero volvió a su casa se encontró con el triste espectáculo de su hijo muerto. Bastó una invocación a Santa María y la promesa de consagrar al muchacho a su servicio para que se obrase un nuevo portento. La resurrección del joven sirvió para ratificar las palabras del pastor.
El pastor, acompañado de algunos clérigos y vecinos de la zona, encontró el lugar en el que estaba enterrada la imagen de la Virgen, protegida al parecer en una urna de mármol blanco.
En ese lugar erigieron una ermita muy primitiva al estilo de los chozos de piedra de la época.
Sobre esta primera ermita se construyó una iglesia, también muy pequeña. De esta segunda iglesia se tienen referencias anteriores a 1326.
Se la conocía como iglesia de la Bienaventurada Virgen María de Guadalupe y la leyenda de la Sancta Virgen de Guadalupe ya se había extendido bastante. Guadalupe se convirtió en un centro de peregrinación muy conocido.
Alrededor de la iglesia fue creciendo una pequeña aldea con personas que querían vivir junto a la Virgen.
Se tiene constancia de que por el año 1335, el rey Alfonso XI de Castilla ya tenía conocimiento de la leyenda de la Virgen de Guadalupe y del mal estado en el que se encontraba la iglesia.
"...era casa muy pequeña e estaba derribada, e las gentes que y venían a la dicha hermita en Romería non avían y do estar"
El rey promueve la reconstrucción de la iglesia, para convertirla en una basílica más adecuada a la importancia que estaba adquiriendo el culto a la Virgen de Guadalupe. Esta tercera iglesia sería la basílica que vemos en la actualidad, y su construcción se desarrolló a lo largo de la segunda mitad del siglo XIV.
A través del rey también se promueve la fundación de La Puebla de Santa María.
La victoria de Alfonso XI en la Batalla del Salado, que el rey atribuye a la intercesión de la Virgen de Guadalupe, sirve para fortalecer el compromiso de Alfonso XI (Alfonso Onceno) con Guadalupe.
Se concede a Guadalupe el Priorato Secular, protegido por un Real Patronato.
La importancia de Guadalupe como santuario y centro de peregrinación mariano aumenta enormemente con el paso de los años.
Primero como priorato y posteriormente como monasterio, desde finales del siglo XIV, con la llegada de la Orden de los Jerónimos.
Ya en el siglo XV es Isabel la Católica la que se implica de una forma personal con la Virgen de Guadalupe y visita en numerosas ocasiones el santuario.
Entre los siglos XIV y XVIII los jerónimos llevan a cabo numerosas ampliaciones sobre el edificio original, utilizando preferentemente mampostería y ladrillo, formando un conjunto cerrado con aspecto de fortaleza, con la idea de preservar las riquezas que se guardaban en el interior.
A la basílica inicial del siglo XIV se fueron añadiendo otros edificios auxiliares:
El claustro mudéjar a finales del siglo XIV.
El claustro gótico y la Hospedería Real.
La Mayordomía (portería).
En el siglo XVII se construye el camarín de la Virgen y la sacristía del Monasterio de Guadalupe, en la que actualmente se exponen obras de Zurbarán.
En el siglo XVIII se construye la Iglesia de la Santísima Trinidad (conocida como Iglesia Nueva), convertida en la actualidad en auditorium y salón de actos.

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