La
majestuosidad del Monasterio de Santa María la Real, que destaca por su magnífico claustro de los
Caballeros del siglo XVI donde se alternan los estilos gótico, plateresco y
renacentista.
El
monasterio fue fundado por el rey Don García Sánchez III “el de Nájera” y su
esposa Doña Estafanía de Foix que lo mandaron construir en 1052. El origen de
su fundación se pierde en la leyenda que relata cómo el monarca encontrándose
de cacería persiguió a su presa hasta una cueva donde encontró una misteriosa
imagen de la Virgen y junto a ella un jarrón de azucenas, una campana y una
lámpara. Tiempo más tarde el rey reconquistó la población riojabajera de
Calahorra a los musulmanes y construyó el monasterio de Santa María La Real
como una ofrenda a la Virgen que le había ayudado. A su vez instituyó la Orden
Militar de los caballeros de la Terraza o de la Jarra, una de las órdenes más
antiguas de España.
En
1079 Alfonso VI de Castilla incorporó a la orden benedictina de Cluny el
monasterio junto al grupo de clérigos que lo habitaban desde su fundación, en
el que permanecieron hasta la desamortización de Mendizábal en el 1835. Desde
1895 es una comunidad de frailes Franciscanos quien rige el monasterio.
La
actual iglesia del monasterio data del 1516, consta de tres naves y crucero. La
cueva primitiva en la que la leyenda sitúa la aparición de la Virgen se
encuentra a los pies de la nave, la imagen que la preside es la de Ntra. Señora
de la Rosa, de comienzos del siglo XIV. En su entrada se encuentra el Panteón
Real que alberga doce sepulturas de dos dinastías: la de “los Abarca” o
“Jimena” de los siglos X y XI y la dinastía de García Ramírez “el Restaurador”,
siglos XII y XIII, frente a ellos cabe destacar el sepulcro de Doña Blanca de
Navarra que constituye una verdadera joya románica del siglo XII.
El
retablo de la capilla mayor es de finales del siglo XVII, de estilo barroco,
sobresale en el centro la talla románica de Santa María La Real sosteniendo al
niño en su rodilla izquierda.
El
coro de principios del siglo XVI es de estilo Reyes Católicos y en él se puede
apreciar la influencia de la última época del gótico y comienzo del
renacimiento. La sillería tallada en madera de nogal es una obra maestra del
gótico florido, en la silla abacial podemos admirar la figura policromada del
rey Don García.
El
claustro se empezó a construir a principios del siglo XVI, conocido como
Claustro de los Caballeros ha sido durante siglos lugar de enterramiento de
muchos nobles. Cabe destacar entre todos, el sepulcro de don Diego López de
Haro con su escultura yacente del siglo XIII y a sus pies el sarcófago gótico
de su esposa doña Toda Pérez de Azagra. La mezcla armónica de estilos como el
gótico florido de las bóvedas y el plateresco de las tracerías caladas han dado
lugar a una sorprendente obra arquitectónica digna de ser visitada.
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