Fue una de las últimas obras
del excepcional arquitecto brasileño, que falleció en diciembre de 2012, a los 104 años. No
cobró nada por el proyecto, donado en 2007 por la celebración del veinticinco
aniversario de los Premios Príncipe de Asturias, con el que fue galardonado en
1989.
Es de estética muy moderna y
provocadora, un compendio de la arquitectura del brasileño artífice hace 50
años de Brasilia, la nueva capital de Brasil que supuso una revolución en los años
60.
Oscar Niemeyer lo describió
como «una gran plaza abierta a todos los hombres y mujeres del mundo, un gran
palco de teatro sobre la ría y la ciudad vieja. Un lugar para la educación, la
cultura y la paz». Fue inaugurado en la primavera de 2011 y aunque ha sido el
centro de disputas políticas partidistas, hoy brilla como un centro cultural de
gran futuro que ha puesto el nombre de Avilés como una referencia cultural a
nivel internacional.
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