La
Catedral Metropolitana de Santa Maria Assunta se construyó por voluntad del
obispo Pappacoda entre 1659 y 1670 según el proyecto de Giuseppe Zimbalo, autor
de muchos de los monumentos más importantes de Lecce, en el lugar que una vez
ocupaba una antigua catedral románica.
La catedral tiene dos fachadas, una que da a una pequeña plaza y otra que se asoma a la principal. Aunque esta última está a un lado de la iglesia, es la más importante. Está construida como un arco de triunfo, en dos plantas. En la planta inferior está la entrada, flanqueada por columnas y nichos con las estatuas de los santos Justo y Fortunato, patrones de Lecce, mientras que la superior está abierta con fines decorativos. Aquí, en la parte central, hay un elemento elevado, desde el cual, como una ventana, asoma la estatua de Sant´Oronzo.
La idea de construir una fachada lateral que diera a la plaza fue obra de Giuseppe Zimbalo, que la realizó para que quien entrara en la plaza Duomo no se encontrara frente a una pared desnuda, sino ante un elemento fascinante.
El interior cuenta con tres naves y es majestuoso. Alberga algunas de las obras más significativas del arte de Salento de entre los siglos XVI y XVIII. Te recomiendo el suntuoso altar mayor, espléndida obra de marmolistas napolitanos de mediados del siglo XVIII, y las capillas laterales, todas dignas de atención. Entre estas no te pierdas la de la Natividad, al entrar a la derecha. Verás unas magníficas figuras del belén, situadas por encima y por debajo de la estructura de columnas, que se realizaron a mediados del siglo XVI, tal vez obra de Gabriele Riccardi.
A través de dos escalinatas puedes descender a la gran cripta, construida en el siglo XVI, con 92 columnas. ¡Un verdadero espectáculo!
Curiosidad: entre las figuras del belén de la catedral, aparecen el buey y la mula, que nosotros consideramos absolutamente necesarios. Sin embargo, tal vez no sepas que en realidad no se mencionan en los Evangelios y entraron en la tradición mucho más tarde.
La catedral tiene dos fachadas, una que da a una pequeña plaza y otra que se asoma a la principal. Aunque esta última está a un lado de la iglesia, es la más importante. Está construida como un arco de triunfo, en dos plantas. En la planta inferior está la entrada, flanqueada por columnas y nichos con las estatuas de los santos Justo y Fortunato, patrones de Lecce, mientras que la superior está abierta con fines decorativos. Aquí, en la parte central, hay un elemento elevado, desde el cual, como una ventana, asoma la estatua de Sant´Oronzo.
La idea de construir una fachada lateral que diera a la plaza fue obra de Giuseppe Zimbalo, que la realizó para que quien entrara en la plaza Duomo no se encontrara frente a una pared desnuda, sino ante un elemento fascinante.
El interior cuenta con tres naves y es majestuoso. Alberga algunas de las obras más significativas del arte de Salento de entre los siglos XVI y XVIII. Te recomiendo el suntuoso altar mayor, espléndida obra de marmolistas napolitanos de mediados del siglo XVIII, y las capillas laterales, todas dignas de atención. Entre estas no te pierdas la de la Natividad, al entrar a la derecha. Verás unas magníficas figuras del belén, situadas por encima y por debajo de la estructura de columnas, que se realizaron a mediados del siglo XVI, tal vez obra de Gabriele Riccardi.
A través de dos escalinatas puedes descender a la gran cripta, construida en el siglo XVI, con 92 columnas. ¡Un verdadero espectáculo!
Curiosidad: entre las figuras del belén de la catedral, aparecen el buey y la mula, que nosotros consideramos absolutamente necesarios. Sin embargo, tal vez no sepas que en realidad no se mencionan en los Evangelios y entraron en la tradición mucho más tarde.
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