Situación:
El castillo de Tarifa se encuentra situado sobre un saliente elevado junto al
mar, dominando la ciudad española más meridional de la península que da acceso
al Estrecho de Gibraltar, Tarifa, en la provincia de Cádiz.
Historia:
Tarifa, la ciudad española más al sur, fue considerada ya desde época musulmana
un enclave estratégico de gran importancia, y en consecuencia defendido con la
creación de murallas que la envolvían y enlazaban con su castillo. El castillo
fue concluido en abril del año 960, como así reza en una placa de mármol
escrita en caracteres árabes que aún permanece en la puerta principal de la
alcazaba, por orden del califa Abderramán III, configurándose como el punto más
estratégico del Estrecho de Gibraltar. La historia de esta zona se vio marcada
por los continuos intentos de los moros de poseer la zona como paso a la
península. Estuvo dominada por los musulmanes desde el año 711. En el año 1292
fue conquistada por las tropas cristianas. En el año 1340 pasó definitivamente
a manos cristianas quienes, durante años, intentaron evitar nuevas intrusiones
musulmanas.
El
castillo de Tarifa es más conocido por el castillo de Guzmán el Bueno, debido a
la heroica gesta de Alonso Pérez de Guzmán, entonces alcaide de la fortaleza.
En 1295 los musulmanes pusieron cerco al castillo. Tenían además en su poder al
hijo de don Alonso, instándole a que si no entregaba el castillo su hijo
moriría. Don Alonso Pérez de Guzmán prefirió sacrificar a su hijo antes que
entregar la población, tirando incluso, desde el torreón octogonal, su propio
cuchillo para que lo mataran.
Fue
restaurado en la primera mitad del siglo XVII, como consecuencia de mantener la
actividad defensiva del castillo debido a la piratería berberisca que asolaba
las costas durante los siglos XVI y XVII.
En
el siglo XVIII parte de las murallas fueron adaptadas para la instalación de
artillería, y durante la Guerra
de la Independencia
sirvió de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defendieron
Tarifa del ejército francés en los años 1811 y 1812.
Descripción:
Está asentado sobre una meseta rocosa en la parte alta del casco histórico,
dando su flanco sur al mar, lo que le proporciona una cierta protección. Del
castillo parte la muralla que envuelve la ciudad de Tarifa.
La
fortaleza es de planta trapezoidal, con una superficie interior de 1,5 hectáreas ,
estando sus muros articulados por torres cuadradas en los ángulos y en los
lienzos, separadas a igual distancia, que le confieren una sólida presencia. Su
interior está formado por dos patios de armas, separados por una galería de dos
plantas. Adosadas a las murallas existen largas y estrechas naves que delatan
un marcado carácter militar. La altura de sus muros está en torno a los 10 metros y el grosor es
variable, alcanzando los 3,60
metros en el tramo de la puerta principal.
El
núcleo original del siglo X tenía quince torres repartidas en sus cuatro
murallas, de tamaños y alturas similares, a excepción de las torres de las
esquinas que pierden su figura rectangular para adaptar sus ángulos a la forma
de la fortaleza. Hoy día faltan dos torres en el flanco este, que no fueron
reconstruidas tras quedar arruinadas. Las torres son macizas y se elevan por
encima de la muralla.
Llama
la atención el poco saliente de las torres, lo que prácticamente impide que
desde sus almenas se pudiera hostigar a los atacantes. No es extraño que los
cristianos, poco después de conquistar el castillo a final del siglo XIII,
mejoraran la capacidad defensiva de sus torres.
La
defensa del castillo se centra en el adarve o parte superior de las murallas,
compuesto por un parapeto con almenas y por el paradós (un pretil de apenas 70 centímetros de
altura construido por la parte interior). El adarve recorre toda la fortaleza,
no encontrándose almenadas las murallas que dan al mar por haber sido
eliminadas para facilitar las operaciones de la artillería.
Durante
la época almohade le fue añadida la coracha, que comunica el primitivo recinto
con la torre octogonal albarrana.
La
puerta principal del castillo se abre en la coracha, en el frente oeste,
defendida por dos cercanas torres. El exterior de la puerta presenta en la
actualidad un arco de medio punto. Originalmente estaba rematada por un arco de
herradura que derivaba en un arco de medio punto enlucido. La puerta es de
ingreso recto, cubierta por una bóveda que alcanza los 5,70 metros de altura.
Una
vez dentro, y en dirección a la parte más antigua, hay una puerta en recodo,
una defensa más que dejaría aislado e indefenso al enemigo, y tras ella el
recinto califal, con una puerta de entrada que en su parte superior mantiene la
lápida fundacional del edificio.
En
época cristiana (siglo XIV) se construyó la impresionante torre del homenaje,
de planta octogonal, unida al edificio por medio de un muro (coracha). Es de
proporción mucho mayor que todas las restantes torres de flanqueo, y engloba en
su interior a la antigua torre musulmana. Hoy se encuentra rebajada hasta el
mismo nivel del adarve pero, en el siglo XIX, aún conservaba un cuerpo
superior, con lo que adquiría una altura de unos 20 metros desde el suelo.
Esta torre fue construida en argamasa, y se la conoce por el nombre de torre de
Guzmán el Bueno, en honor a este personaje. Junto a la puerta del castillo, a
los pies de la torre octogonal hay un monumento dedicado a Sancho IV en el VII
centenario de la toma de Tarifa.
La
alcazaba cuenta con una pequeña puerta o poterna en el frente este. Esta no es
la única puerta secundaria del castillo, pues recientemente se ha descubierto
una pequeña puerta (hoy tapiada) en la muralla norte, junto a una de las torres
de flanqueo.
Materiales:
El material utilizado para esta impresionante obra defensiva fie la piedra
ostionera de las canteras que se hallan en la cercana isla de las Palomas. Dos
formas se alternan en la construcción del edificio, el sillarejo y la
mampostería. El sillarejo se empleó a soga (a lo largo) y tizón (a lo ancho),
sistema muy utilizado en época califal. Los sillares se encuentran bien
labrados, manteniendo todos ellos una altura de 30 centímetros . La
mampostería se usó cuando el castillo ya era cristiano. Para levantar la torre
del homenaje, se utilizó argamasa.
Las
modificaciones que ha sufrido el castillo a lo largo de su existencia han
limitado su aparejo original, especialmente en los paramentos que dan al mar,
que han tenido que sufrir el embate de la adversa climatología del Estrecho.
Sin embargo, el tramo norte, más resguardado de la acción ambiental, mantiene
en toda su pureza el aparejo de la época califal.
Estado
de conservación: El estado del edificio es bastante bueno. En la posguerra, se
instaló la plana mayor de la Comandancia Militar del regimiento de Infantería.
Los altos cargos de esta institución militar se encargaron de realizar una
importante tarea de mantenimiento y conservación del edificio gracias a la cual
el edificio se encuentra como lo encontramos en la actualidad.
Propiedad y uso: Es
propiedad del Ayuntamiento de Tarifa desde 1990, cuando fue vendido por el
Ministerio de Defensa por el simbólico precio de 1 millón de pesetas.
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