15 de octubre de 2017

castillo de guzmán el bueno, tarifa


Situación: El castillo de Tarifa se encuentra situado sobre un saliente elevado junto al mar, dominando la ciudad española más meridional de la península que da acceso al Estrecho de Gibraltar, Tarifa, en la provincia de Cádiz.
Historia: Tarifa, la ciudad española más al sur, fue considerada ya desde época musulmana un enclave estratégico de gran importancia, y en consecuencia defendido con la creación de murallas que la envolvían y enlazaban con su castillo. El castillo fue concluido en abril del año 960, como así reza en una placa de mármol escrita en caracteres árabes que aún permanece en la puerta principal de la alcazaba, por orden del califa Abderramán III, configurándose como el punto más estratégico del Estrecho de Gibraltar. La historia de esta zona se vio marcada por los continuos intentos de los moros de poseer la zona como paso a la península. Estuvo dominada por los musulmanes desde el año 711. En el año 1292 fue conquistada por las tropas cristianas. En el año 1340 pasó definitivamente a manos cristianas quienes, durante años, intentaron evitar nuevas intrusiones musulmanas.
El castillo de Tarifa es más conocido por el castillo de Guzmán el Bueno, debido a la heroica gesta de Alonso Pérez de Guzmán, entonces alcaide de la fortaleza. En 1295 los musulmanes pusieron cerco al castillo. Tenían además en su poder al hijo de don Alonso, instándole a que si no entregaba el castillo su hijo moriría. Don Alonso Pérez de Guzmán prefirió sacrificar a su hijo antes que entregar la población, tirando incluso, desde el torreón octogonal, su propio cuchillo para que lo mataran.
Fue restaurado en la primera mitad del siglo XVII, como consecuencia de mantener la actividad defensiva del castillo debido a la piratería berberisca que asolaba las costas durante los siglos XVI y XVII.
En el siglo XVIII parte de las murallas fueron adaptadas para la instalación de artillería, y durante la Guerra de la Independencia sirvió de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defendieron Tarifa del ejército francés en los años 1811 y 1812.
Descripción: Está asentado sobre una meseta rocosa en la parte alta del casco histórico, dando su flanco sur al mar, lo que le proporciona una cierta protección. Del castillo parte la muralla que envuelve la ciudad de Tarifa.
La fortaleza es de planta trapezoidal, con una superficie interior de 1,5 hectáreas, estando sus muros articulados por torres cuadradas en los ángulos y en los lienzos, separadas a igual distancia, que le confieren una sólida presencia. Su interior está formado por dos patios de armas, separados por una galería de dos plantas. Adosadas a las murallas existen largas y estrechas naves que delatan un marcado carácter militar. La altura de sus muros está en torno a los 10 metros y el grosor es variable, alcanzando los 3,60 metros en el tramo de la puerta principal.
El núcleo original del siglo X tenía quince torres repartidas en sus cuatro murallas, de tamaños y alturas similares, a excepción de las torres de las esquinas que pierden su figura rectangular para adaptar sus ángulos a la forma de la fortaleza. Hoy día faltan dos torres en el flanco este, que no fueron reconstruidas tras quedar arruinadas. Las torres son macizas y se elevan por encima de la muralla.
Llama la atención el poco saliente de las torres, lo que prácticamente impide que desde sus almenas se pudiera hostigar a los atacantes. No es extraño que los cristianos, poco después de conquistar el castillo a final del siglo XIII, mejoraran la capacidad defensiva de sus torres.
La defensa del castillo se centra en el adarve o parte superior de las murallas, compuesto por un parapeto con almenas y por el paradós (un pretil de apenas 70 centímetros de altura construido por la parte interior). El adarve recorre toda la fortaleza, no encontrándose almenadas las murallas que dan al mar por haber sido eliminadas para facilitar las operaciones de la artillería.
Durante la época almohade le fue añadida la coracha, que comunica el primitivo recinto con la torre octogonal albarrana.
La puerta principal del castillo se abre en la coracha, en el frente oeste, defendida por dos cercanas torres. El exterior de la puerta presenta en la actualidad un arco de medio punto. Originalmente estaba rematada por un arco de herradura que derivaba en un arco de medio punto enlucido. La puerta es de ingreso recto, cubierta por una bóveda que alcanza los 5,70 metros de altura.
Una vez dentro, y en dirección a la parte más antigua, hay una puerta en recodo, una defensa más que dejaría aislado e indefenso al enemigo, y tras ella el recinto califal, con una puerta de entrada que en su parte superior mantiene la lápida fundacional del edificio.
En época cristiana (siglo XIV) se construyó la impresionante torre del homenaje, de planta octogonal, unida al edificio por medio de un muro (coracha). Es de proporción mucho mayor que todas las restantes torres de flanqueo, y engloba en su interior a la antigua torre musulmana. Hoy se encuentra rebajada hasta el mismo nivel del adarve pero, en el siglo XIX, aún conservaba un cuerpo superior, con lo que adquiría una altura de unos 20 metros desde el suelo. Esta torre fue construida en argamasa, y se la conoce por el nombre de torre de Guzmán el Bueno, en honor a este personaje. Junto a la puerta del castillo, a los pies de la torre octogonal hay un monumento dedicado a Sancho IV en el VII centenario de la toma de Tarifa.
La alcazaba cuenta con una pequeña puerta o poterna en el frente este. Esta no es la única puerta secundaria del castillo, pues recientemente se ha descubierto una pequeña puerta (hoy tapiada) en la muralla norte, junto a una de las torres de flanqueo.
Materiales: El material utilizado para esta impresionante obra defensiva fie la piedra ostionera de las canteras que se hallan en la cercana isla de las Palomas. Dos formas se alternan en la construcción del edificio, el sillarejo y la mampostería. El sillarejo se empleó a soga (a lo largo) y tizón (a lo ancho), sistema muy utilizado en época califal. Los sillares se encuentran bien labrados, manteniendo todos ellos una altura de 30 centímetros. La mampostería se usó cuando el castillo ya era cristiano. Para levantar la torre del homenaje, se utilizó argamasa.
Las modificaciones que ha sufrido el castillo a lo largo de su existencia han limitado su aparejo original, especialmente en los paramentos que dan al mar, que han tenido que sufrir el embate de la adversa climatología del Estrecho. Sin embargo, el tramo norte, más resguardado de la acción ambiental, mantiene en toda su pureza el aparejo de la época califal.
Estado de conservación: El estado del edificio es bastante bueno. En la posguerra, se instaló la plana mayor de la Comandancia Militar del regimiento de Infantería. Los altos cargos de esta institución militar se encargaron de realizar una importante tarea de mantenimiento y conservación del edificio gracias a la cual el edificio se encuentra como lo encontramos en la actualidad.
Propiedad y uso: Es propiedad del Ayuntamiento de Tarifa desde 1990, cuando fue vendido por el Ministerio de Defensa por el simbólico precio de 1 millón de pesetas.

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