10 de abril de 2012

castro de baroña



Fue descubierto en 1933 y declarado Patrimonio Artístico Nacional, es el más típico ejemplo de castro de tipo marítimo y su majestuosidad no reside en sus muros y puerta de entrada en un óptimo estado de conservación o en sus contrucciones; la belleza del Castro reside en el lugar que fue elegido por nuestros antepasados para levantar su civilización. Está situado en una pequeña península rocosa separada de la tierra por un itsmo de arena donde ya existen unas primeras murallas defensivas. Con vistas a la ría de Muros y Noia, los habitantes deste castro debieron dedicarse a labores pesqueras y al marisqueo, arte ya conocido por ellos.
El poblado estaría formado por unas 20 viviendas en forma circular dentro de unas murallas con carácter defensivo donde también existia un foso. Entre ambos elementos se estructuraba el emplazamiento con un cubo defensivo que se encontraba a la derecha de la entrada donde al mismo tiempo se estrechaba el muro que encerraba, muy probablemente, todo el castro. Su fortificación en el único acceso posible, así como los acantilados que lo circundan, lo convierten en un bastión de resistencia, preparado para sufrir guerras, asedios. Un camino conduce hacia un alto donde se pueden encontrar más construcciones. El poblado consta de dos grupos de viviendas circulares separados por una plaza que limita al norte con un edificio rectangular.
En las últimas excavaciones han aparecido restos que nos pueden indicar que finalmente, con la llegada de los romanos, este castro fue romanizado en el siglo I A.C.

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