Fundada por María de Molina en 1286, la Iglesia de San Pablo perteneció al antiguo convento de la orden de los dominicos y compone una de las más bellas edificaciones del mundo en estilo gótico. Fray Juan de Torquemada, tío del famoso inquisidor, se encargó de conseguir las bulas papales y de sufragar las obras de construcción de la iglesia de San Pablo en 1468. Casi dos siglos más tarde, el Duque de Lerma impulsó la reforma de la fachada principal, la llenó de esculturas góticas y dotó al convento de numerosas obras de arte. La fachada de San Pablo es sin duda la joya gótica por excelencia de Valladolid. Su recargada ornamentación, propia del estilo gótico isabelino, hace que los visitantes pasen varios minutos contemplando esta portada del siglo XVI. Tras la imponente fachada decorada con numerosas esculturas y enmarcada por dos torres, se presenta un templo de una sola nave con capillas abiertas, en una de las cuales se encuentra enterrado el Duque de Lerma.
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