1 de septiembre de 2013

castillo de soutomaior



Situación: El castillo de Sotomayor se encuentra en la provincia de Pontevedra, comarca de Vigo, municipio de Sotomayor, parroquia de San Salvador de Sotomayor, a 18 kilómetros de Pontevedra y 6 kilómetros de la ría de Vigo. Como ocurre con todas o casi todas estas construcciones, se edificó en un lugar elevado del terreno, en este caso sobre el monte de O Viso, a 119 metros sobre el nivel del mar, un punto estratégico de conexión de la Galicia suroccidental con la central en la confluencia de los ríos Oitavén y Verdugo, enclave natural de enigmática belleza testigo de esta conexión y protector del edificio de ataques normandos, turcos y piratas. Para llegar al castillo hay que llegar a Arcade, a medio camino entre Pontevedra y Redondela. Desde Arcade esta perfectamente señalizado y puede aprovecharse para ver Ponte Sampaio, A Peneda, con unas fantásticas vistas de la desembocadura del los ríos Verdugo y Oitavén en la ría de Vigo, y otros monumentos románicos. Historia: Se desconocen los orígenes del castillo y la cronología exacta de su construcción, pero su fundación hay que vincularla a Don Pax Méndez Sorrede, que vivió en tiempos de Alfonso VII (1126-1157) y de Don Fernando de León (1157-1188), y que fue el primero en utilizar el apellido Sotomayor. Según documentación escrita, éste pobló su Soto llamándole el Mayor. La familia Sotomaior sería uno de los linajes que participaría en la Baja Edad Media en los acontecimientos políticos cruciales de la historia de Galicia, caso de los enfrentamientos con el clero, con participación también en la revuelta Irmandiña de 1467 y en los problemas sucesorios de Enrique IV de Castilla. Esto significa que la Casa Sotomayor era un potente bastión de nobleza y poder. Entre los miembros más célebres de esta familia aparecen Pax Gómez de Sotomayor, por su pericia política, o Pedro de Sotomayor, el más renombrado miembro de esa estirpe, conocido como Pedro Madruga, conde de Camiña, que pasó a la historia como personaje cargado de misterio y leyenda. A su muerte, en 1486, comienza una serie de problemas sucesorios que no tendrían solución hasta 1795, cuando la Chancillería de Valladolid otorga al Marqués de Mos el derecho a los bienes de la rama de la familia de Sotomayor. Desde este momento, el nuevo dueño del castillo sustituye el escudo del Ducado de Sotomayor, situado sobre la puerta sur, por otro con las armas de su casa. Otra fecha clave para este edificio es la de 1870, cuando los marqueses de Armijo sitúan allí su residencia veraniega. En este año comienza una reforma en la que el castillo, sin perder su aspecto bélico, se convierte en una residencia estival palaciega. Se desconoce el nombre del arquitecto artífice de esta reforma, pero se sabe que fue de rápida ejecución. También el parque del costado oriental fue intervenido con varias construcciones de carácter subsidiario, y replantación con árboles de especies exóticas. En este tiempo se desarrolla una vida social y política intensa que continuaría la sobrina del marqués, la Marquesa de Ayerbe. Ella y su segundo esposo convertirían el castillo en un centro de conspiraciones políticas, lo que haría que perdiesen su propiedad y pasase a subasta pública en octubre de 1917. Se inicia entonces otra etapa de abandono y deterioro del edificio, hasta que en 1982 lo adquiere la Diputación de Pontevedra, a quien pertenece en la actualidad. Descripción: Es una edificación con doble perímetro amurallado, de planta oval y forma irregular que responde a necesidades del terreno. En el primer cinturón se abren dos entradas, la sur es la que se utiliza hoy como acceso público, siendo la primitiva la del lado opuesto. Parece más un pazo que un castillo. Dos partes componen el complejo fortificado, la torre y el palacio adosado a la misma. Hay que destacar el puente levadizo que comunica con la torre y que supone un elemento importante en su defensa. La profusión de las saeteras y vanos que existen en sus muros y torres son más de tipo decorativo que defensivo. La torre del homenaje consta de varias plantas. Su estructura es rectangular y sus muros de enorme grosor, sobre todo en la planta baja. La entrada está ubicada en la primera planta, donde se hallaba el puente levadizo. La última parte se destinaba al almacenaje. Esta torre es la parte más antigua del edificio. Evolución constructiva: Quizá la primera fábrica comenzase en tiempos de Pax Méndez Sorrede, en el siglo XII, aunque desconocemos si se proyectaba sobre un edificio preexistente. Uno de los indicios que nos llevan a pensar esto es el tipo de labra en el paramento de la torre principal, en donde encontramos bastante erosionados e irregulares los pequeños sillares, superpuestos a soga y tizón, la misma técnica que se empleó en las torres fronterizas portuguesas de comienzos y finales del XII. La Revuelta Irmandiña (1467) supuso para el castillo un duro golpe, tras el cual fue inevitable una intervención en la segunda mitad del siglo XV. En estos tiempos se traza el segundo cinturón amurallado (no se sabe si sustituyendo a otro), que sería construido ex novo, puesto que no aparece ningún resto anterior. A partir de esta fase nos encontramos ante la mencionada edificación con doble perímetro amurallado, de planta oval y forma irregular. En esta muralla se presentan novedades constructivas, caso de las troneras, lo que revela la existencia de comunicaciones interiores, hoy tapiadas. Aunque no sabemos con exactitud qué partes se derruyeron tras el citado conflicto, sí sabemos que la destrucción no fue total, puesto que aún hoy se aprecian muros de época anterior. Otra importante intervención constructiva fue la realizada por los marqueses de la Vega de Armijo en 1870, que renovaron tanto el interior como el exterior. Los nuevos propietarios aceptan un diseño muy considerado por las corrientes constructivas del momento, como son los historicismos arquitectónicos: una mirada al pasado medieval, impulsada por el romanticismo. El nuevo aspecto del edificio sería el de una vivienda palaciega neogótica. Se abren galerías, puertas y ventanas con arcos ojivales al exterior; en el interior se construyen nuevas escaleras, una capilla, salones con artesonado de madera y chimeneas. En cuanto a las murallas, se construye la mayor parte del parapeto y almenas del recinto exterior. Los parapetos almenados, saeteras y gárgolas que rematan los muros exteriores también son de este momento. Aunque hoy desconocemos el nombre del arquitecto, cabe decir que esta intervención de finales del siglo XIX no supone ninguna ruptura estilística de la edificación con su esencia medieval. Materiales: Como vemos en la inmensa mayoría de estas construcciones, se utiliza la piedra perfectamente labrada y colocada de forma horizontal una seguida de otra. La piedra es el material más utilizado quizá porque es una de las materias primas más fuertes y duraderas para la construcción. La heráldica del castillo corresponde a los distintos linajes que han residido en la fortificación. Así, nos encontramos con los escudos de la familia Sotomayor y Zúñiga en el acceso más importante del complejo fortificado y con los de los marqueses de Mos en el segundo edificio. Estado de conservación: El castillo de Sotomayor es uno de los mejor conservados de toda Galicia y quizá el más conocido, junto con el de Baiona. Construido en el siglo XII, mantiene su prestancia medieval, a pesar de las reformas sufridas tras la Revolución Irmandiña y de las trazas del palacio neogótico dispuesto por los marqueses de Armijo en el XIX. En 1982 el castillo pasó a manos de la Diputación provincial de Pontevedra, quien encarga a un equipo de expertos la restauración del conjunto. Se procede a un estudio histórico y se analiza su evolución constructiva. Asimismo, se replantea todo el conjunto, hasta llegar a la solución de enfatizar el diálogo entre fortaleza militar medieval y palacio medieval decimonónico. Se reponen elementos, caso de los techos artesonados de madera del palacio neogótico; las carpinterías exteriores se sustituyen por otras, cerrando con lunas de seguridad, sin carpintería, los huecos en donde no existía madera; y se repone la cubierta del castillo por una estructura metálica, ofreciendo mayor volumen utilizable. La nueva modificación en la Galería de las Damas permite que ésta sea visitable, ofreciendo un nuevo mirador sobre el patio de armas. En conclusión, puede decirse que las remodelaciones llevadas a cabo en todo el conjunto se efectuaron con gran rigor, evitando afectar a las partes originales del edificio. Está dedicado a actividades culturales (exposiciones temporales).

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