Su característico ábside de ladrillo de estilo mudéjar y parte
de la fachada norte con puerta románica datan de principios del siglo XII. En
el XVI don Francisco Vázquez, enterrado en el interior del templo, propició su
restauración y se construyó su bóveda de crucería y las capillas de los Chaves
y los Maldonado. En su interior, en la capilla mayor, un bello Cristo
Crucificado de talla barroca. Recientemente ha sido todo el monumento objeto de
una cuidada rehabilitación.
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