9 de septiembre de 2020

castillo de castro caldelas








Situación: La fortaleza de Castro Caldelas se encuentra en la provincia de Orense, comarca de Terra de Caldelas, municipio, parroquia y localidad de O Castro Caldelas, , a 47 kilómetros de Orense. Castro Caldelas está situada en la confluencia de la C-536, Ourense - A Rua, paralela a la Vía Nova romana de Braga a Astorga y la carretera Lu-601 a Monforte. A la fortaleza se llega por una calle empedrada desde la misma plaza de la población.
Historia: Como en otras importantes villas gallegas, la historia de O Castro Caldelas se inició en su castro celta y en la posterior fortificación superpuesta sobre el primigenio poblamiento, sobre la que se levantó a su vez, a finales de la Edad Media, el magnífico castillo en torno al cual creció la actual villa.
Las primeras referencias que se conocen de esta comarca, con su nombre actual, se remontan al siglo IX. Durante el siglo X la familia Gutier Menéndez se hizo con las tierras de Caldelas gracias a las donaciones de los reyes Sancho Ordoñez, Ramiro II y Ossino. La época medieval fue de gran esplendor. Así, en el siglo XII se convirtió en villa de realengo gracias de los fueros que le concedieron en 1172 Fernando II, Emperador de Galicia, León y Asturias, y en 1228 Alfonso IX. En el siglo XIV pasó a manos de don Pedro Fernández de Castro por donación del rey Alfonso XI, aunque pronto pasaría a manos de los condes de Lemos.
El castillo de Castro Caldelas fue testigo de episodios históricos tales como las Guerras Irmandiñas, entre las que la tradición oral sitúa al propio Mariscal Pero Pardo de Cela, así como del asentamiento de una importante colonia judía, cuyas lápidas funerarias son hoy apreciables en el centro de la villa.
Buena parte de la fortaleza fue derribada durante las Revueltas Irmandiñas, siendo reconstruida por don Rodrigo Enríquez Osorio, conde de Lemos, a costa de aumentar considerablemente los impuestos a los vecinos, situación que motivó pleitos entre el concello y el conde en la Audiencia de Valladolid, que fueron por fin resueltos en 1534 por el rey Carlos I a favor de los vecinos.
Durante la Edad Moderna la abigarrada fortaleza se convirtió en una construcción renacentista de carácter marcadamente palaciego. El último episodio militar que protagonizó el castillo fue durante la Guerra de la Independencia, el ataque dirigido por los caldéanos al 15º regimiento de la división del general Marchand, quien como represalia mando incendiar la villa y el castillo, perdiéndose en dicho incendio importante documentación sobre la historia de la comarca. A partir de 1794 el señorío de Lemos se incorporó a la casa de Alba a través del XVIII conde de Lemos, Carlos Miguel Fitz-James Stuart. El edificio estuvo habitado hasta el siglo XIX por Sol Stuart, pariente de los Duques de Alba.
Descripción: La fortaleza de Castro Caldelas es un buen ejemplo de arquitectura militar y defensiva. En la puerta de uno de los torreones se hace alusión a obras de reconstrucción en el siglo XVI, aunque se conservan zonas indudablemente más antiguas como la torre del Reloj. El amplio patio de armas está flanqueado por cuatro sectores de torres, símbolo de los condes de Lemos. En el edificio pueden verse murallas, troneras, matacanes y barbacanas, así como varios grabados con las armas de los Castro, los Osorio, los Enríquez y la tau templaria.
Lo primero que el visitante se encuentra al entrar en esta fortaleza es el patio de armas, desde el que se puede acceder a las distintas dependencias. Por encima y a ambos lados del patio se encuentra el palacio, con sus corredores abalconados que albergan la biblioteca, el museo etnográfico y otros servicios. Al fondo, y centrado en el patio, hay un enorme brocal de pozo y a su lado los restos del antiguo horno.
En el primer piso del palacio, al lado de la torre del Reloj, se encuentran las salas dedicadas a los estudios arquitectónicos de la comarca, en las que pueden verse gráficos y explicaciones con gran detalle sobre la construcción de monasterios, hornos, viviendas, etc.
En la llamada torre del Reloj, además de poder admirar la antigua maquinaria funcionando, hay algunas piezas etnográficas y unas espectaculares panorámicas desde las ventanas con “faladoiros”.
Ahora si que empezamos la subida a la parte más alta del castillo, exceptuando la torre del homenaje, que por su estado no se puede visitar. Desde aquí podemos contemplar toda la distribución del conjunto, el esquema constructivo de las murallas, troneras, matacanes y barbacanas y, por supuesto unas espléndidas vistas de la villa y del entorno.
En el patio sur donde se pueden apreciar restos de torreones, un bonito reloj de sol, otros restos arqueológicos y la espectacular torre del homenaje.
Estado de conservación: Su restauración es parcial, y están en estudio los restos recientemente encontrados en el subsuelo.

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